04 octubre 2012

Agustín Lorenzo: Si la agonía tuviese rostro

Desde Argentina, Agustín Lorenzo nos envía este relato corto donde la angustia, la falta de amor y el olvido, se mezclan en clave poética con una sutil pero insistente rebeldía ante la fatalidad.

Si la agonía tuviese rostro

Bisonte del olvido, no me dejes, no te apartes. La pradera es puntillosa, no conoce al escrúpulo y admira a la soledad. Despojado de memorias y sentimientos, materialidad histórica y calidez humana, medito sobre la alfombra arcillosa que inunda mi cuerpo, pregonando mi perdición. ¿Un prejuicio, una mirada, un retorno inmemorial repleto de ambigüedades? ¿De qué hablas sino de culpas, tristeza y remordimientos? No escupas en mí la falta de personalidad y la desconfianza, gira tu nauseabundo hocico remanente en mi memoria y acicala al monstruo que he dejado en el camino.
Bisonte del olvido, vete despacio, pero deja rastro. No acepto disculpas ni respuestas retraídas que trastabillen la inocencia del despechado. Los granos color caqui del desperdicio solar sobre lo que alguna vez fue un frondoso bosque, gana terreno y suavidad sobre la punta de mis frágiles dedos.
Bisonte del olvido, ¿Dónde estás? Que ya no te veo, no te extraño, no te siento. De la tierra provengo, pero me niego a escabullirme en ella, no sin detentar en tu contra, con miradas desperdigadas sobre el plano azul, escondrijo preferido de aves, y suspiros de enamorados en vano. Atosiga mis pulmones, róbame el alma, deja que tus cándidas espuelas salvajes cierren el único canal de demanda personal sobre este mundo, demándame el suicidio.
Bisonte, amante, escondrijo, amor, despecho, agonía, una sola cara del mismo pecado inolvidable, que estremece al débil, despabila a los vivos, y permanece en tu inconsciente, creando meollos en la paciencia y locura en la existencia.

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