16 septiembre 2012

De trabajos forzosos y otros voluntariados

La OIT define los trabajos forzosos como “todo trabajo o servicio que es exigido a cualquier persona bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente”. Así, tal cual definido, es exactamente a lo que ha condenado el gobierno de España a todos los desempleados que están cobrando una prestación en este país. Como es bien conocido, el pasado viernes 7 de septiembre el gobierno del Partido Popular aprobó en consejo de ministros un Real Decreto que, entre otras medidas, suscribía la posibilidad de que una Administración Pública o una entidad sin ánimo de lucro, pudieran solicitar desempleados para llevar a cabo obras de reparación tras un incendio, so pena de una multa consistente en la pérdida de hasta 6 meses de su prestación por desempleo, en caso de negativa de éstos. Vamos, una condena a trabajos forzosos de libro, pero pasados por la lavadora del siglo XXI y su “neolengua”, que diría Orwell. 

No entiendo muy bien esta manía que tiene el Partido Popular de ensañarse con los que están en una situación más débil. Como imagino que estos señores del gobierno saben que la prestación por desempleo no es ningún regalo que se le hace al trabajador -ya que a éste ya se lo han estado descontando poquito a poquito de sus nóminas- y que toda persona tiene derecho a la libre elección de profesión u oficio –artículo 35 de la CE- sólo se me ocurren dos cosas: o en uno de sus viajes a Europa, siguiendo los impulsos del corazón, el señor Rajoy ha aprovechado para sacar a España de los tratados de la OIT firmados, o en aquella reforma exprés de la Constitución Española pactada con el PSOE (reunión de pastores, oveja muerta) también nos borraron de un plumazo el artículo 35 de la misma. 
O eso, o que le tienen manía a los más débiles (si eres banquero, amigo, vives de rentas o tienes una empresa que cotiza en el Ibex 35, puedes sentirte a salvo). 

Pero como las desgracias nunca vienen solas y al parecer, en el PP, las ocurrencias y las ideas peregrinas van de la mano de una sonrojante incontinencia ideológica, la alcaldesa de Elche, la ínclita Mercedes Alonso, acaba de inventar, con la inestimable ayuda de María Dolores Serna, concejala de Mayores, una nueva modalidad de voluntariado para la tercera edad: “voluntariado para el tráfico”. 
Intuyo que olvidada ya la promesa de acabar con el desempleo (en eso coincide con el señor Rajoy, debe ser cosa de pertenecer al mismo partido) y enfangada en una lucha sin cuartel por reducir la cosa pública hasta no dejar ni los huesos, se le ha ocurrido empezar a impartir cursos de formación para jubilados/as y pensionistas para que se pongan en las puertas de los colegios a regular el tráfico. Imagino que no le parece necesario aumentar sus recursos para poder ejercer sus competencias, es decir, que el ayuntamiento contrate más personal para cumplir con sus obligaciones, y que no le parece indignante aprovecharse de la buena voluntad de ciertas personas a las que se les vende un dudoso sentimiento de utilidad para con la comunidad, que en realidad esconde una preocupante incapacidad para generar oportunidades, estabilidad y bienestar. 
Debe ser eso de que les tienen manía a los que están en una situación más débil (parados, pensionistas, mujeres, inmigrantes, estudiantes… vosotros no estáis a salvo). 

O eso, o es que yo ya no entiendo nada. 

Rubén Martínez Agulló
Responsable Área Cultura Eupv Elx

No hay comentarios:

Publicar un comentario