19 julio 2012

Entrevista a Mariano Monge

Mariano Monge, escritor e historiador ilicitano. Doctor en Geografía e Historia y licenciado en Antropologia, ha ganado multitud de premios literarios. Con él charlamos sobre historia, literatura y política.

Historiador, escritor, antropólogo, profesor… ¿En qué ámbito se encuentra más cómodo Mariano Monge?

En el de la literatura de ficción, sin duda. La novela o el relato corto me permiten expresar lo que busco y estar en el mundo para cambiarlo.

Usted ha ganado 15 premios en la modalidad de relato corto y recientemente ha quedado finalista del premio de novela “Felipe Trigo”; ¿Novela o relato?
Narración corta, unas cien páginas.

En 2003 publicó una biografía sobre Sabino Arana (Sabino Arana, Historia imposible. La Xara Edicions). ¿De dónde le viene el interés por el que es considerado Padre del nacionalismo vasco?

Durante el bachillerato me tropecé, por casualidad, con un texto de Arana y me llamó la atención su “radicalidad”. Pretendí estudiarlo desde el punto de vista científico –a la luz de los documentos-, sobre todo para ubicarlo en su contexto personal y social, además, no había ningún estudio serio sobre su vida y obra; me pareció un reto. Luego he de reconocer que padecí cierto síndrome de Estocolmo… 

En la sociedad moderna, se trata la cultura como un producto, algo que se mide en términos de rentabilidad económica; sin embargo, otras virtudes como la belleza o el compromiso han dejado de ser importantes. ¿Qué le parece?

El capitalismo se ha convertido en un universo que engloba casi todo, incluso no sería conveniente hablar de “cultura”, sino de “cultura del capitalismo”, estar fuera de este universo es muy difícil, incluso desde el espíritu crítico. No obstante, sigo pensando que es posible crear desde presupuestos humanos y éticos, éste es mi compromiso. 

Mientras Europa está un poco fosilizada, es casi un museo donde uno puede observar las obras antiguas quietecitas tras una vitrina, como dijo Luis Eduardo Aute, para bien o para mal Latinoamérica está más viva. Usted fue cooperante en Perú varios años, ¿qué opinión le merecen experiencias políticas como la de Bolivia, Ecuador o Venezuela? ¿Ha tenido alguna influencia en su obra su conocimiento del continente?

Hasta el momento, mis vivencias en Perú explican gran parte de lo poco que he escrito. En Lima pude comprobar la injusticia suprema que vive este mundo, éste es el combustible que me mueve ante la hoja en blanco. En cuanto al valor de Morales, Correa o Chávez, creo que son proyectos interesantes y esperanzadores en los que hay que participar desde donde nos toque. De todos modos, me siento algo decepcionado tras el “fracaso” de Lula, Brasil ha emprendido un modelo de polarización de la riqueza. Algo parecido podríamos decir de Uruguay. Vamos a ver qué pasa con la política económica de Kicillof en Argentina, me gustaría que algún día se superaran los límites keynesianos y diéramos un paso más allá, por ejemplo en el sentido de las propuestas de M. Max-Neef y la nueva economía marxiana.

En 2008 ganó la II edición del Certamen Internacional “El Bosco” de Narrativa Hispánica con su relato “Más dinero”, una historia de banqueros en apuros reconvertidos en falsificadores de dinero. ¿Qué piensa de la crisis bancaria en España? ¿Y del rescate con dinero público a entidades como Bankia o CAM?

Lo de Bankia (Blesa-Rato), la Cam, etc. es una de las últimas herencias de la política económica de Aznar y Bush. En cuanto al “rescate”, la palabra lo dice: hace tiempo que el poder financiero mantiene secuestrado al poder político y a la sociedad en general. Estos secuestradores -los banqueros- nos piden ahora un rescate por seguir viviendo, y sus servidores -los políticos- tienen que pagar si no quieren un colapso total del sistema -algo así como un inmenso corralito-. Todo el mundo debería de ver que el sistema capitalista es simplemente una gran estafa, por ello, lo que está ocurriendo es lo esperable. 

José Saramago decía que la Democracia estaba secuestrada, porque el poder del ciudadano se limita a quitar un gobierno que no le gusta y sustituirlo por otro que quizás le llegue a gustar, mientras las grandes decisiones son tomadas en otras esferas: las grandes organizaciones financieras, el FMI, los bancos mundiales… ninguno de los cuales son organismos democráticos. ¿Qué opinión le merece esta afirmación del nobel portugués?

Como siempre, estoy totalmente de acuerdo con Saramago. 

Como profesor, ¿cree que los gobiernos están degradando la enseñanza pública? ¿Qué espera de las generaciones más jóvenes?

Al margen del plan evidente para desmantelar la enseñanza pública, creo que en parte, todavía los docentes tienen un pequeño margen de influencia sobre las generaciones más jóvenes. En cualquier caso, estas generaciones serán el resultado de una sociedad fundada sobre la estafa y la corrupción, sólo cuando esta estafa y esta corrupción les impida ir al McDonalds o acceder a las nuevas tecnologías, se rebelarán contra la injusticia. 

Decía Turícides, historiador griego del siglo IV a.c.: “Es la libertad o la tranquilidad. Tienes que elegir. Serás libre o estarás tranquilo. No puedes tener ambas cosas.” ¿La historia se repite?

Los momentos históricos se parecen, los seres humanos seguimos dependiendo de nuestro estómago para seguir vivos, ésta es la cuestión. En cuanto a la libertad, el problema es tener que decidir, eso es lo que altera nuestra “tranquilidad”. Sartre venía a decir que estamos condenados a decidir… Creo que sólo tomaremos decisiones revolucionarias sin nos tocan el estómago.

¿Necesitamos una revolución más que nunca?

Creo que la justicia, esa cualidad que pretende que todos los seres humanos tengan las mismas oportunidades reales -empíricas- es imprescindible. La revolución -un cambio irreversible en el sistema económico- es necesaria en cuanto el capitalismo demuestra día a día que es incapaz de satisfacer las necesidades humanas, pero creo que, una vez más, Europa será la clave.

Para finalizar, ¿nos podría recomendar un libro, una película y una canción que le hayan marcado?

Una película: "El ladrón de bicicletas”
Un libro: “El árbol de la ciencia”
Un poema: “Los nueve monstruos”
Una canción: “Voy de negro”.

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